Viernes Santo

Viernes Santo: la salida procesional

Cada Viernes Santo, amanece la Plaza del Portichuelo, situada en la parte más alta de la ciudad, con un ambiente inusual. Desde primeras horas de la mañana se encuentra llena de visitantes que se dirigen a la iglesia de Santa María de Jesús para rendir visita a los Sagrados Titulares de la Archicofradía que, dispuestos en sus tronos, por la tarde realizarán su desfile procesional.

En el interior de la iglesia, abarrotada de público, encontramos a los hermanacos, que sobre sus hombros portarán los tronos, amarrando a los varales de los mismos, en el puesto asignado por el Hermano Mayor de Insignia, las almohadillas que le harán amortiguar el peso. El trono de la Santa Cruz de Jerusalén es portado 52 hermanacos, el trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno 76 y el trono de la Santísima Virgen del Socorro 86.

A la caída de la tarde, aproximadamente una hora antes de la salida, se celebra el denominado “desfile de armadilla”, en el que todas las personas que forman el cortejo procesional, parten desde un determinado punto de la ciudad, normalmente desde el Coso Viejo, hasta la Iglesia de Santa María de Jesús para iniciar la procesión.

El desfile procesional, durante todo su recorrido, transcurre con orden, recogimiento y devoción oyéndose a su paso el tañido de la campana que toca el niño ataviado como campanillero de lujo así como el golpear contra el suelo la horquilla que porta cada hermanaco y que le sirve para apoyar el trono durante las paradas.

Transcurren unas seis horas desde la salida de la procesión hasta la llegada a la Plaza de San Sebastián en donde en la Colegiata del mismo nombre, la Archicofradía realiza estación de penitencia y se prepara para iniciar la subida de la denominada “vega” en la que los pesados tronos, con el esfuerzo casi sobre humano de sus hermanacos, corren por las empinadas cuestas que conducen de nuevo a la Plaza del Portichuelo donde hasta el próximo Viernes Santo serán “encerrados” en su sede de la Iglesia de Santa María de Jesús.

El intinerario de la procesión desde hace ya varios años es el siguiente: Portichuelo, Calle Herradores, Arco de los Gigantes, Rastro, Viento, Zapateros, San Sebastián, Infante don Fernando, Lucena, Madre de Dios, Cantareros, San Luis, Infante don Fernando, San Agustín, San Sebastián, «Vegas» por Zapateros, Viento, Caldereros y Portichuelo.

Uno de los momentos más emotivos, se produce al llegar a la Iglesia de San Agustín, donde después de haber completado casi toda la estación de penitencia. Los Regulares forman a ambos lados de la calle para que pasen entre ellos los tres tronos. Justo al final ya, casi a la llegada de la Plaza de San Sebastián, la Cofradia de la Paz espera junto a sus cuatro tronos para realizar el encuentro entre las Virgenes del Socorro y de la Paz.